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Declaración oficial de la IAABC

Acerca del Uso de Dispositivos de Entrenamiento controlados vía Bluetooth y Teléfonos Móviles

 
El fabricante de tecnología Garmin anunció recientemente un nuevo dispositivo de entrenamiento, el Delta Smart, que le permite al dueño de un perro, controlar el collar electrónico (e-collar) a través de una aplicación de teléfono móvil.
 
Creemos que este dispositivo tiene el potencial de causar daño a los perros y no debe ser recomendado por consultores de conducta ni entrenadores, ni ser usado por el público. Esto es porque tanto Bluetooth como los teléfonos móviles pueden presentar una latencia excesiva. Una latencia es el retraso entre la entrada de información a un sistema y la respuesta del mismo.
 
Bluetooth es un protocolo de transmisión basado en paquetes, el cual está diseñado para el intercambio de datos, no para operaciones que requieren prontitud/agilidad. Las dificultades en operaciones que requieren rapidez son múltiples, pero esencialmente se derivan del hecho que los paquetes de datos pueden perderse en la transmisión y requieren retransmisión. El receptor solo puede confirmar que un paquete está perdido si no lo ha recibido después de un cierto período de tiempo, y es en ese momento en el que debe solicitar una retransmisión y esperar lo mejor. Esta espera produce incertidumbre sobre el tiempo que toma para que un mensaje sea entregado (o, en este caso, de la activación de "electroshock” realizada por el collar).
 
Esto significa que algunas veces el mensaje puede ser entregado de inmediato, unas veces puede demorarse y otras veces, incluso puede no llegar en absoluto. La lAABC concluye que este dispositivo y otros dispositivos parecidos presentan un riesgo inaceptable de generar consecuencias inesperadas en el bienestar y la conducta.
 
En áreas con alta interferencia, la latencia puede variar hasta en cientos de milisegundos. El Bluetooth usa el mismo espectro que la mayoría de los equipos wifi, y la pérdida de grandes volúmenes de paquetes es real en las áreas de wifi congestionadas. Esto significa que hay una probabilidad más alta de latencia o retraso entre que el teléfono envíe la señal y que el collar lo reciba, o de la pérdida total de las señales. Una latencia alta se traduce en mala comunicación entre el perro y su guía. La latencia también es un problema al usar dispensadores de golosinas conectados al Internet destinados para refuerzo positivo. Sugerimos el uso de estos dispositivos únicamente para el entrenamiento de conductas de duración, que generalmente no requieren un alto nivel de precisión en el timing de la entrega del refuerzo.

El teléfono móvil como interfaz del collar electrónico

Los teléfonos móviles agravan el problema porque son una fuente de latencia por dos motivos: humanos y tecnológicos.
 
En el lado humano, una interfaz con pantalla táctil no provee una guía táctil al usuario. En la aplicación Garmin Canine, el usuario tiene que tocar un botón del tamaño de un pulgar para entregar una descarga eléctrica al perro. La probabilidad de que el usuario no dé con el botón en el primer intento – particularmente si está mirando al perro y no a la pantalla - no es menor.
 
Es más, el producto promociona su función "multi-perro”. La publicidad no deja claro cómo está implementada, pero habrá varios botones (para varios perros), uno muy cerca del otro, o se requerirán interacciones no triviales para "cambiar” entre un perro y otro. Las consecuencias probables, respectivamente, serán que se aplique el "electroshock” al perro equivocado o que tome varios segundos para aplicar la descarga.
 
Las pantallas táctiles inteligentes y el software de respuesta a eventos de los teléfonos inteligentes operan con tiempos de retraso entre el contacto de la pantalla y la ejecución del comando. Las mediciones muestran latencias en rangos de hasta 100 ms. Esto significa que siempre hay un retraso – de hasta una décima de segundo - entre el toque de la pantalla y en que la pantalla registre que haya sido tocada. Luego incluso puede haber más retraso, mientras la aplicación procesa este evento y envía la señal al collar del perro vía Bluetooth.
 
La mayor fuente de latencia en cualquier situación de entrenamiento, siempre va a ser el humano mismo. Por sobre nuestro tiempo de reacción natural (que incrementa a medida que envejecemos), se agrega el tiempo requerido para observar, reconocer y decidir si castigar la conducta del perro o no. Las mejores prácticas requieren tratar de minimizar el retraso entre la conducta del perro y su consecuencia, a través de la observación detenida y una mecánica de entrenamiento impecable. Esto es válido para entrenadores de cualquier metodología.
 
El uso de una herramienta diseñada para entregar un estímulo aversivo, como lo es el collar eléctrico, desde ya tiene el potencial de causar problemas de comportamiento significativos. Nuestro enfoque LIMA, favorece firmemente el refuerzo positivo. (1) La lAABC concluye que este dispositivo y otros dispositivos parecidos presentan un riesgo inaceptable de generar consecuencias conductuales no deseadas y consecuencias al bienestar.
 
IAABC Junta Directiva 14-9-16

Testimonios de miembros

"La presencia de la IAABC en español ha sido muy importante para ayudar a que en Latinoamérica tengamos mayor acceso a formación de gran calidad y que tengamos la posibilidad de obtener una credencial reconocida internacionalmente, además de fomentar la regulación de una industria en la que aún es muy aceptado utilizar prácticas que van en contra del bienestar animal. Por mi parte, pertenecer a la IAABC y obtener mi acreditación ha sido una forma de comprobar, tanto a clientes como a otros colegas, que mi formación y forma de trabajo cumple con estándares internacionales. Asimismo, me gusta saber que continuamente puedo tener acceso a recursos con profesionales actualizados a través de la IAABC Foundation. ¡Ojalá siga creciendo la oferta en español! Además me ha permitido conocer y mantener el contacto con profesionales de diversos países para formar una red de apoyo. Considero que todo lo anterior ha representado una mejora en mi desarrollo profesional".

Paulina Martinez, ECA

El ser miembro de la IAABC para mi ha sido una gran oportunidad para seguir adquiriendo y actualizando conocimientos sobre conducta. Es una gran comunidad a la que tienes la opción de recurrir ante cualquier duda, caso, problema que se te presente. Siempre habrá alguien que de una opinión objetiva y de buena manera. Siendo parte de la IAABC sientes que no estás solo a la hora de abogar por LIMA y por el bienestar de los animales que nos rodean.

Pamina Horlacher, ECA

Para mí la llegada de la IAABC a Latinoamérica, particularmente a Chile, fue como un salto hacia el futuro ya que aquí no había nada parecido a las muchas organizaciones de conducta y entrenamiento que veía en el exterior y las pocas opciones disponibles que ofrecían certificaciones o cursos de formación eran todas de la "vieja escuela” en relación al uso de castigos, dominar a los perros e incluso incurrir directamente en maltrato en nombre del adiestramiento o conseguir resultados, por lo que unirse a cualquiera de esas organizaciones era realmente retroceder en educación y actualización, sin mencionar que si deseabas algún tipo de certificación entonces debías hacer las cosas a su manera. IAABC me salvó de ese dilema al ser la primera organización en ofrecer acreditaciones y certificaciones independientes, en donde no estás obligado a realizar ningún curso en particular para postular a los exámenes. Tus conocimientos, experiencia, ética y estudios en el área son lo que importan y eso es lo que determina si apruebas o no. Además, creo que puedo decir con bastante seguridad que IAABC Español ofrece una cantidad de recursos educativos y de formación continua de primer nivel para sus miembros, ya que lamentablemente suele ocurrir que lo más actualizado está siempre en inglés y los hispanoparlantes se van quedando atrás y por eso la gran familia IAABC se esfuerza tanto en traducir constantemente material, porque no queremos que el idioma sea una barrera en el bienestar de los animales y sus personas. Y hablando de familia, eso ha sido para mí la IAABC, una familia de la cual he formado parte desde que nació en Chile y quiero seguir estando ahí mientras crece hacia un futuro más amable con los animales.

Carolina Gálvez, ECA

Obtener la certificación de la IAABC ha sido un hito en mi carrera profesional que no solo fortaleció mis conocimientos, sino que también permitió validar mi experiencia a nivel internacional. Esto es especialmente significativo, ya que en Argentina no había un lugar similar donde pudiera certificar mis habilidades y conocimientos. La IAABC también me conectó con una comunidad de profesionales apasionados que comparten mi amor por los animales y mi compromiso con su bienestar. Además, tuve la oportunidad de colaborar con otros profesionales de renombre en proyectos y casos complejos, lo que ha enriquecido mi práctica y ampliado mi perspectiva. También me ha proporcionado una plataforma para compartir mi experiencia y conocimientos a través de la enseñanza y la mentoría, lo que me ha permitido dar forma a la próxima generación de profesionales en el campo del comportamiento animal.

Pablo Capra, ACDBC, ECA